Hay días en que la ruta la marca el viento, el cielo, el sol, o quizás las ganas de aventura.
Parten sin rumbo cierto, dejándose llevar por los caminos, las sendas, las veredas…
Descubrirán amaneceres inciertos, tardes de luminosidad desmayadas, noches en que la sola luz de la luna los guiara.