El día despertó ralo, con un Sol que rayaba el horizonte mientras el conato de los pájaros amenizaba el espectáculo.
Una pequeña e incipiente brisa les acariciaba la tez, los insectos voladores demostraban inquietud. Preludio de cambios en el tiempo.
Decidieron tomar rumbo a la Laguna.
Al llegar pudieron comprobar que el concierto había comenzado, infinidad de ranas participaban activamente.
“Si el tiempo se pudiera embotellar, a buen seguro que aquí llenarían sus cantimploras.”