La previsión del tiempo era: Ciclogénesis Explosiva afectando a la zona a visitar. “Vaya vaya”.
Llegaron, como siempre, con las primeras luces, la lluvia arreciaba y el viento rugía, aún así tomaron fuerzas y se apearon.
Un breve paseo por los alrededores para comprobar el estado de la situación.
Se confirma, el tiempo no acompaña. Tres, cuatro disparos y hay que resguardarse. De colocar el trípode… ni hablar, la fuerza del viento lo tumbaría.
Pero no se dan por vencidos.
Almuerzan, con la mirada puesta en el cielo a través de los cristales del bar, la esperanza de un cambio los alimenta más que nada.
Y en efecto, se abre una ventana en el tiempo, a eso de las once deja de llover y tienen un tiempo corto y preciso, no lo malgastan.
Vuelven a las salinas, todo parece mas en calma, el viento ya no es tan azotador ni las gotas de agua tan persistentes. El frío no ha cambiado, tampoco lo pretendían.
Las piscinas parecen haberse desbordado, fue mucha el agua caída, buscan reflejos, cambios de colores, texturas.
El cielo acompaña con unas nubes grises, oscuras, amenazantes.