Despertaron aún con noche cerrada.
Con la esperanza de encontrar un buen día de fotos partieron.
Decidieron volver al Santuario, querían ver ese extraordinario lugar en otra época del año. Ya estuvieron el pasado verano.
Los lugares así como las personas, cambian, la luz, el animo, todo influye.
Por el camino charlaron, por el camino compartieron.
La primera imagen la dedicaron a La Luna.
Pacientes esperaron a que las primeras luces, el primer rayo de luz tocara la roca y con él descubrieran un paisaje milenario.
También descubrieron la huella del hombre, plasmada en una Iglesia del siglo XIII gótica-renacentista y una hospedería creada para peregrinos y romeros.
El "Huso" les dio la bienvenida. Tras él, un aparcamiento preparado para los días en que la afluencia se desborda. Al fondo la Iglesia y la Hospedería. Algo más allá, el camino que sube hacía los espectaculares miradores. Siempre vigilados por los guardianes del Parque. (Los buitres leonados).